CUMPLIENDO PROMESAS

Este es un blog, que duraras todo un año, en el cual podras leer la biblia en solo UN AÑO!!!

sábado, 30 de enero de 2010

Día 30 DE ENERO

  • PRIMERA LECTURA:  LUCAS, Capitulo 22, Versiculos1 al 38

22:1 Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.


22:2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo.

22:3 Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;

22:4 y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.

22:5 Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.

22:6 Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.

22:7 Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua.

22:8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

22:9 Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?

22:10 El les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,

22:11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?

22:12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.

22:13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

22:14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

22:15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

22:16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

22:17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

22:18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

22:20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

22:21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.

22:22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

22:23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.

22:24 Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor.

22:25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;

22:26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.

22:27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

22:28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.

22:29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,

22:30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;

22:32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

22:33 El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.

22:34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.

22:35 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.

22:36 Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una.

22:37 Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento.

22:38 Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta.

  • SEGUNDA LECTURA: GENESIS, CAPITULO 39

39:1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.


39:2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.

39:3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.

39:4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.

39:5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

39:6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.

39:7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.

39:8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.

39:9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

39:10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,

39:11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.

39:12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

39:13 Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,

39:14 llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces;

39:15 y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió.

39:16 Y ella puso junto a sí la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa.

39:17 Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme.

39:18 Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.

39:19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.

39:20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.

39:21 Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.

39:22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.

39:23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.



  • TERCERA LECTURA: SALMO 30
30:1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,



Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.


30:2 Jehová Dios mío,


A ti clamé, y me sanaste.

30:3 Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;

Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.

30:4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos,

Y celebrad la memoria de su santidad.

30:5 Porque un momento será su ira,

Pero su favor dura toda la vida.

Por la noche durará el lloro,

Y a la mañana vendrá la alegría.

30:6 En mi prosperidad dije yo:

No seré jamás conmovido,

30:7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.

Escondiste tu rostro, fui turbado.

30:8 A ti, oh Jehová, clamaré,

Y al Señor suplicaré.

30:9 ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?

¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

30:10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;

Jehová, sé tú mi ayudador.

30:11 Has cambiado mi lamento en baile;


Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.


30:12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.


Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.