- PRIMERA LECTURA: LUCAS Capitulo 12, Versiculos 1 al 31
12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
12:2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.
12:3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
12:4 Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
12:6 ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
12:7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
12:8 Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
12:9 mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
12:10 A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.
12:11 Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir;
12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
12:13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
12:16 También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho.
12:17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos?
12:18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;
12:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.
12:20 Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?
12:21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
12:22 Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
12:23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
12:25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura uncodo?
12:26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
12:27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
12:28 Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
12:29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud.
12:30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
12:31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
- SEGUNDA LECTURA: GENESIS, CAPITULO 20
21:2 Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
21:3 Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.
21:4 Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.
21:5 Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.
21:6 Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.
21:7 Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.
21:8 Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac.
21:9 Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.
21:10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
21:11 Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo.
21:12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
21:13 Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.
21:14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
21:15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto,
21:16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró.
21:17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
21:18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.
21:19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
21:20 Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
21:21 Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.
21:22 Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces.
21:23 Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado.
21:24 Y respondió Abraham: Yo juraré.
21:25 Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado.
21:26 Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy.
21:27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto.
21:28 Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte.
21:29 Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte?
21:30 Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.
21:31 Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos.
21:32 Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos.
21:33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno.
21:34 Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días.
- TERCERA LECTURA: SALMO 14
No hay Dios.
Se han corrompido, hacen obras abominables;
No hay quien haga el bien.
14:2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres,
Para ver si había algún entendido,
Que buscara a Dios.
14:3 Todos se desviaron, a una se han corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
14:4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad,
Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan,
Y a Jehová no invocan?
14:5 Ellos temblaron de espanto;
Porque Dios está con la generación de los justos.
14:6 Del consejo del pobre se han burlado,
Pero Jehová es su esperanza.
14:7 ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel!
Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo,
Se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
DETALLES DE LA OBRA DEL DIA DE HOY:
ResponderBorrarAgar e Ismael en el desierto
(Agar e Ismaele nel deserto)
Giovanni Battista Tiepolo, Hacia 1732
Óleo sobre lienzo - Rococó
140 cm × 120 cm
Scuola di San Rocco, Venecia, Italia